LE-
GA-
DOS.
1. LA PAZ
Virgilio Barco no abandonó el proceso de paz iniciado por Belisario Betancur, que culminó con la creación del movimiento político Unión Patriótica y negociaciones con el Movimiento 19 de Abril (M-19). Él entendió que en el proceso de negociación con la guerrilla debía existir una correspondencia entre los compromisos del gobierno y su respuesta institucional. Este nuevo enfoque abrió el camino para la desmovilización y la paz con el M-19. Después de algunos contactos iniciados en enero de 1989 el gobierno del presidente Barco y el M-19 firman distintos acuerdos que culminan en el denominado Pacto por la Paz y la Democracia que definió el compromiso de desmovilización de este grupo armado. El éxito alcanzado por el M-19 en las elecciones parlamentarias de 1990 y en las presidenciales de ese año, mostró la amplia simpatía que suscitó en la opinión pública el proceso de paz.
De esta manera, el proceso de reconciliación no se restringió al diálogo, sino que propició el acercamiento entre el Estado y la comunidad. Este enfoque permitió entender que las diferencias políticas e ideológicas existentes en toda sociedad pueden tratarse de manera abierta y civilizada, mediante la cual se deslegitima la violencia como instrumento para lograr propósitos políticos.
Firma de la paz con el M-19.
En el Palacio de Nariño, el presidente Barco y Carlos Pizarro Leongómez, comandante del M-19, en la firma del acuerdo de paz: Bogotá, 25 de febrero de 1990.
El Espectador.
Foto: Francisco Carranza.
Entrega de armas del M-19.
El comandante del M-19, Carlos Pizarro Leongómez, entrega su arma: Santo Domingo, Cauca: 8 de marzo 1990.
Foto: Zoraida Díaz.
Para hacer efectiva la presencia estatal en las zonas hasta ese momento menos atendidas del país y con mayor presencia guerrillera, Barco reformuló el Plan Nacional de Rehabilitación (PNR), que se concibió como una estrategia de reconciliación entre el Estado y las comunidades más pobres y marginadas mediante el diálogo permanente a través de los Consejos de Rehabilitación, que impulsaron la participación ciudadana.
Del conjunto de las políticas de paz de la administración Barco el PNR fue la que mayor alcance tuvo tanto en sus objetivos de inversión como en la creación de condiciones favorables para desanimar el uso de la violencia en una parte importante de las regiones apartadas del país. Llegó el PNR a representar el 0,5% del PIB a tener el 11% del presupuesto nacional de inversión y a cubrir 311 municipios, con un área equivalente al 50% del país. Así se financió la construcción de varias vías como la troncal del Magdalena Medio, la Marginal de la Selva y la carretera al Putumayo.
Firma de la paz con el M-19.
En el Palacio de Nariño, el presidente Barco, Carlos Pizarro Leongómez, Antonio Navarro Wolf y el general José Joaquín Matallana B. en la firma del acuerdo de paz: Bogotá, 25 de Febrero de 1990.
Foto: John Jairo Alzate.
2. ECONOMÍA SOCIAL
El Plan de Desarrollo de la administración del presidente Barco partió del concepto de economía social como guía de sus programas de gobierno. Fue la primera vez en la historia del país que un gobierno se comprometía de una manera tan clara a darle una orientación social al manejo de la política económica. Priorizó las iniciativas locales como un mecanismo para mejorar las condiciones de vida de las personas de escasos recursos económicos, al tiempo que se fortalecía la descentralización, al dotar a los municipios de recursos humanos y financieros que les permitieran cumplir con las nuevas y mayores responsabilidades que ahora deberían enfrentar.
Otro de los objetivos que se trazó en su gobierno fue fortalecer la democracia y entender que, para lograr este propósito se requiere una distribución justa de los recursos económicos y sociales entre los diferentes sectores de la comunidad. Con este objetivo, se propusieron reformas de carácter estructural para redistribuir la tierra urbana y rural y se reconoció la necesidad de trabajar simultáneamente en el campo del empleo y los sectores tradicionalmente cubiertos por la política social.
Niños: bienvenida.
La primera dama, Carolina Isakson de Barco, visita Cúcuta en compañía Jaime Benítez, director del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), al anunciar la ampliación del Programa de Hogares Infantiles, para elevar el nivel de nutrición y recreación de los menores de la región.
AGN.
Hogar de Bienestar: Carolina Isakson de Barco.
La primera dama, Carolina Isakson de Barco, visita Ibagué para evaluar el desarrollo del programa Hogares de Bienestar. Tolima contaba con 354 hogares, donde se brindaba atención a 5400 niños: mayo de 1988.
AGN.
Plan para la Erradicación de la Pobreza Absoluta
El objetivo de este plan consistió en modificar los factores sociales, económicos y políticos determinantes de la pobreza. En este sentido, se adelantaron esfuerzos orientados a la eliminación de la desnutrición y las causas más frecuentes de pérdidas de salud, así como a mejorar las condiciones de vida, con iniciativas como el Programa de Bienestar y Seguridad Social del Hogar, que amplió la protección social gubernamental a las personas más vulnerables.
Una de las estrategias del gobierno, liderada por la primera dama, Carolina Barco Isakson, fue la creación de los Hogares Comunitarios destinados a atender a la primera infancia. Este programa, merecedor de reconocimientos por parte del Banco Mundial y las Naciones Unidas, tenía como objetivo el cuidado de los niños y niñas por parte de una madre comunitaria y los familiares de algunos menores, mientras sus madres salían a trabajar. Durante esta administración se llegaron a crear 50.000 hogares, todos ellos supervisados por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
Plan de desarrollo Integral Campesino
Virgilio Barco trabajó para erradicar la pobreza campesina y, de manera simultánea, mejorar las condiciones de producción y comercialización en el campo, requisitos para obtener el bienestar de los pequeños productores. Las acciones se encaminaron al aumento de la calidad, cantidad y productividad de los activos sociales de los campesinos mediante la provisión de servicios básicos, la transferencia de tierras y el acceso a recursos financieros y tecnológicos. Estas estrategias permitieron fortalecer el empleo rural, que creció más que su población, cuyos ingresos se elevaron significativamente.
Vivienda remodelada.
Casa remodelada por Hogares de Bienestar, programa que incluía capacitación de madres comunitarias, dotación de cocina, provisión de alimento y adecuación de la vivienda. Sector el Triunfo, Antioquia. Álbum Hogares de Bienestar, 1988 -1990, entregado a Carolina Isakson de Barco por el ICBF, Regional Antioquia.
Foto: Teresita Cardona Posada.
3. PREDIO PUTUMAYO: DERECHO ANCESTRAL.
Entre 1986 y 1989 se declararon 44 resguardos indígenas, con una extensión de 14.228.819 hectáreas, y 5 áreas protegidas, con una extensión de 4.011.000 ha. Así mismo, el gobierno incorporó 2.000.000 hectáreas adicionales como parques nacionales. Al sumar el área de los territorios que abarcan los resguardos indígenas con el área de parques nacionales, la cifra consolidada es de 16.292.319 ha. Esto representa hoy el 68% de la Amazonía colombiana. Es la política de ordenamiento del territorio más ambiciosa en la historia del país.
La política para crear parques nacionales y resguardos indígenas adelantada durante el gobierno Barco aseguró, por un lado, que las comunidades indígenas de la Amazonía tuvieran un territorio propio que les sirviese de asentamiento y sitio para desarrollar sus actividades productivas y, por otro lado, que ellas ganaran el derecho a darse formas de organización autónomas, al fijarse sus propios reglamentos y autoridades en el cuidado de sus territorios.
Entrega del Predio Putumayo.
El presidente Barco entrega el Predio Putumayo. De izquierda a derecha: Alejandro Teteye, Fisi Andoque, Dagoberto Castro, Isaak Makuna, Reynaldo Giagrecudo, Luis Guerrero, Eduardo Paki, Alfonso Pinedo. Sentados: Wilson Sokaigredo, Ignacio Atama. La Chorrera, Amazonas, 23 de marzo de 1988.
El Tiempo, Foto: Fabio Trujillo.
Entrega del Predio Putumayo.
El presidente Barco entrega el Predio Putumayo a las autoridades indígenas de las etnias beneficiarias de las tierras constituidas en resguardo: La Chorrera, Amazonas: 23 de abril de 1988.
Esto ha tenido una decidida incidencia en la protección de la inmensa biodiversidad de nuestro país. Con la mediación y la experiencia de las comunidades indígenas, se garantiza una protección eficaz del patrimonio ecológico más valioso del país, en especial de las extensiones de selva húmeda de las regiones de la Amazonía y del Pacífico.
La política incluyente de Barco relativa a los resguardos indígenas en la región amazónica fue un antecedente fundamental para que en la Constitución de 1991 se estableciera el artículo 63, y sirvió de referente para que en el artículo transitorio 55 de dicha carta se fijara que todas las tierras que habían ocupado ancestralmente las comunidades negras les serían tituladas en forma de propiedad colectiva.
Mapa Gaia.
Mapa de resguardos indígenas, parques nacionales naturales
y reservas en la Amazonía, 1988.
Fundación Gaia Amazonas, Equipo SIG Gaia Amazonas.
4. MEMORIA Y ARCHIVO
La conservación de la memoria, tanto de la nación como de su vida pública y personal, fue uno de los temas que más ocupó a Virgilio Barco Vargas. Su familia atesora su archivo personal, donde de manera cuidadosa se conserva la correspondencia con los miembros de su familia, los recortes de periódico y fotografías que reportaban su paso por el sector público, así como los libros de memorias e informes de gestión que publicaba una vez terminaba su desempeño en cada cargo público. Allí están también las páginas manuscritas con una letra diminuta y organizada donde dejó consignadas las indagaciones genealógicas sobre sus ancestros, tarea que lo apasionaba. Por tanto, no es casual que, aparte de los asuntos que de manera inevitable tiene que enfrentar un presidente, Barco se preocupara por recuperar la historia de Colombia y en particular los archivos en donde se consigna la memoria documental de nuestro país.
Cuando Barco llegó a la presidencia, el Archivo Nacional se acomodaba en un área de 700 m, en el cuarto piso de la sede de la Biblioteca Nacional. En la práctica, era un archivo cerrado y sin capacidad para recibir más información documental, que permanecía en las respectivas entidades estatales. Por esta razón, una de sus primeras decisiones fue constituir un comité de archivos liderado por él mismo y del que hicieron parte, entre otros, los bancos de la República y Central Hipotecario, así como la Universidad Nacional de Colombia y que dio
Rogelio Salmona ante maqueta.
Presentación en la Casa de Nariño del proyecto de la
nueva sede del Archivo General de la Nación por el arquitecto
Rogelio Salmona, con la presencia de la directora de Colcultura,
Liliana Bonilla Otoya, y otros invitados: Bogotá, 11 de marzo de 1988.
AGN.
como resultado la formulación de la Ley 80 de 1989 que creó el Archivo General de la Nación (AGN) y el Sistema Nacional de Archivos (SNA) y les otorgó sus funciones respectivas.
Otra de las iniciativas lideradas por el gobierno Barco consistió en publicar una colección completa de 83 ejemplares sobre la vida política y la obra del general Francisco de Paula Santander para conmemorar los 200 años de nacimiento, así como impulsar la creación de museos, como el de Arte Moderno Ramírez Villamizar, el de Arte Arquidiocesano de Arte Religioso, en Pamplona, y la Casa Anzoátegui, o proyectos culturales, como la ampliación de la Biblioteca Luis Ángel Arango en Bogotá.
Archivo General de la Nación (AGN)
El edificio del Archivo General de la Nación, de 21.000 m. fue diseñado por el arquitecto Rogelio Salmona y está considerado como Bien de Interés Cultural de la Nación. Está estructurado en dos volúmenes: el primero, destinado a las actividades administrativas, técnicas y de difusión, con talleres de restauración, fotografía, microfilmación, consulta, exposiciones y conferencias, y el segundo, para los repositorios documentales, en cinco niveles.
Ley 80 de 1989
Esta norma fue un hito importante en el desarrollo de la política de archivos en nuestro país. Por primera vez se contó con disposiciones legales sobre la materia, mediante las cuales se reglamentó la conservación y uso de los archivos activos e históricos y se les dio instrucciones de obligatorio cumplimiento a todos los sectores de la administración pública para su adecuado manejo.
Fachada del AGN.
Archivo General de la Nación: fachada. Fundación Rogelio Salmona.
Foto: Enrique Guzmán.
5.CORRESPONSABILIDAD Y LUCHA CONTRA LAS DROGAS
La presidencia de Virgilio Barco se desarrolló en medio de uno de los períodos de violencia más agudos que se recuerden en la historia nacional. La difícil situación de orden público que enfrentó ya se venía gestando desde el gobierno de Belisario Betancur, quien, a raíz del asesinato en 1984 del ministro de justicia Rodrigo Lara Bonilla, así como de jueces y magistrados, emprendió una lucha abierta contra el narcotráfico, que se sumó a la histórica lucha contra los grupos guerrilleros. La gran diferencia radicó en que esta nueva lucha llegaba a las ciudades con atentados terroristas y asesinatos, que aterrorizaban a toda la población, con una gran repercusión mediática nacional e internacional. Es entonces entendible que el gobierno de Barco se moviera dentro de una política de lucha firme contra el narcotráfico y contra la violencia vinculada a él. A nivel internacional, para el gobierno de Estados Unidos la principal preocupación era luchar contra el comunismo. Combatir el tráfico de marihuana y cocaína debía enfocarse en su producción y en los traficantes, sin reconocer los millones de consumidores que vivían en ese país.
Cumbre Ministerial
de Drogas (World Ministerial Drugs Summit).
El presidente de Colombia, Virgilio Barco Vargas, en el World Ministerial Drug Summit, acompañado de la primera ministra británica, Margaret Thatcher. A su derecha, el secretario de Naciones Unidas Javier Pérez de Cuéllar: Londres, 9 -11 de abril de 1990.
Barco emprendió entonces la tarea de dejar claro que a Colombia no podía atribuírsele toda la responsabilidad de este nuevo fenómeno transnacional. Expuso al mundo el problema global, exigiendo corresponsabilidad por parte de los diferentes países que producían y exportaban los químicos para el procesamiento de la droga, lavaban el dinero proveniente de su venta y traficaban armas destinadas a las mafias dueñas del negocio. Fue el primero que le hizo entender a Estados Unidos y al resto del mundo que, mientras no se combatiera el consumo de la droga y dichos países no asumieran compromisos con Colombia, que la producía, esta lucha era inequitativa. Barco tuvo la oportunidad de exponer esta posición a la comunidad internacional en la Organización de Estados Americanos (OEA) y ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. Si bien, al finalizar su mandato, no logró obtener un compromiso real de parte del gobierno de Estados Unidos ni de la Comunidad Europea, sí dejó establecidas las bases conceptuales para que en los años siguientes la cooperación, que en este sentido recibió Colombia para la lucha contra el narcotráfico, cambiara de manera permanente. Luego de su campaña diplomática, durante la primera reunión mundial sobre drogas, algunos de los países de Europa y Estados Unidos aceptaron que ningún esfuerzo sería suficiente sin abordar el tema de la demanda.
Declaración de Cartagena.
“Declaración de Cartagena”, para luchar contra el tráfico de drogas ilícitas. Presidentes: Jaime Paz Zamora, Bolivia; Virgilio Barco Vargas, Colombia; George H. W. Bush, Estados Unidos de América; y Alan García, Perú: Cartagena, 15 de febrero de 1990. AGN.
Naciones Unidas, Asamblea General.
Intervención del presidente de Colombia, Virgilio Barco Vargas, ante la Asamblea General de Naciones Unidas: Nueva York, 29 de septiembre de 1989.
El tratado de extradición
Barco vivió la paradoja de no poder aplicar como presidente el instrumento jurídico que en 1979 firmó como embajador en Washington para combatir el crimen organizado en Colombia. El Tratado de Extradición con los Estados Unidos era el arma más efectiva para combatir el narcotráfico y ser encarcelado allí era el mayor temor de los narcotraficantes. Cuando llegó a la presidencia, la ley fue declarada inválida por la Corte Suprema de Justicia, en 1986 y de nuevo en 1987. No obstante, Barco logró emplearla por vía administrativa, aplicándola en casos como el del narcotraficante Carlos Ledher.
Naciones Unidas, Asamblea General.
Intervención del presidente de Colombia, Virgilio Barco Vargas, ante la Asamblea General de Naciones Unidas: Nueva York, 29 de septiembre de 1989.
6. UNA NUEVA DEMOCRACIA
Durante el período de persecución política que vivió Barco y que lo llevó a vivir en el exilio, en 1950 él se preguntaba: “Cuando uno tiene un enemigo puede afrontarlo; cuando ellos son muchos uno puede organizar a sus amigos y combatirlos, pero, ¿qué puede hacerse contra la fuerza oficial, contra el Estado a su servicio, contra los mismos que debían dar las garantías?”. Al llegar a la presidencia, una de sus preocupaciones fue trabajar justamente en cómo darles garantías a aquellos que habían sido derrotados en las elecciones o abrir los espacios para que todos, así tuvieran una posición minoritaria, fueran tenidos en cuenta y escuchados por el gobierno.
Uno de sus primeros esfuerzos fue fortalecer el esquema gobierno-oposición, en donde primara el respeto mutuo y, hasta donde fuera posible, existiera la colaboración entre los distintos partidos políticos. Este esquema resultó indispensable para que los partidos de oposición sintieran que sus ideas y posiciones serían escuchadas por el gobierno, y que este estaba en disposición de discutir los desacuerdos en el marco de las vías legales; sin embargo, las difíciles alteraciones de orden público que vivió el país no permitieron que esta invitación se desarrollara con el vigor y la riqueza que se esperaba. Fue esta una actitud que logró cambios democráticos significativos, como la elección popular de alcaldes en 1988, y dio paso a una reforma constituyente que se materializó en 1991.
El Plebiscito, La Séptima Papeleta y la Constituyente.
Estudiantes en el Capitolio Nacional.
Aparecen: la futura alcaldesa de Bogotá, Claudia López, y Catalina Botero, relatora especial de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos: 11 de marzo de 1990. Revista Semana,
Foto: Patricia Rincón.
La Séptima Papeleta y el Plebiscito Constitucional del 27 de marzo de 1990
En las elecciones del 11 de marzo de 1990 estaba previsto escoger a senadores, representantes a la Cámara, diputados de asambleas locales, concejales municipales y alcaldes, así como al candidato presidencial del Partido Liberal. Seis papeletas para seis elecciones. Pero hubo una papeleta adicional a las oficiales, que no estaba pautada, y terminó siendo la más importante. Se llamó la Séptima Papeleta (SP): “Plebiscito por Colombia, voto por una Asamblea Constituyente que reforme la Constitución y determine cambios políticos, sociales y económicos en beneficio del pueblo”. El proyecto fue liderado por jóvenes estudiantes que lograron que se votara un plebiscito para modificar la Constitución de 1886.
El presidente Virgilio Barco decretó el estado de sitio para que se organizara un plebiscito constitucional en las presidenciales del 27 de mayo. Ese día, ya de manera formal y vinculante, 5.236.863 colombianos votaron a favor y 230.080 en contra de la conformación de una Asamblea Constituyente. Eso dio origen a la firma de la nueva Constitución, el 4 de julio de 1991, una de las más innovadoras y respetadas de América Latina, que permitió la actual organización institucional de Colombia.
El presidente Barco se reúne con estudiantes.
El presidente Barco recibe a jóvenes del movimiento estudiantil Todavía Podemos Salvar a Colombia, quienes le entregan la convocatoria a un plebiscito para reformar la Constitución, con más de 30.000 firmas: 8 de febrero de 1990.
AGN
7. LEGADO CONSTRUIDO
Varias fueron las obras públicas de gran impacto que dejó Barco en su trayectoria por el servicio público. Entre ellas, se destacan las siguientes:
Ferrocarril del Atlántico
Con la culminación del Ferrocarril del Atlántico, se logró la comunicación férrea entre los puertos de Buenaventura y Santa Marta y se conformó una red férrea nacional de 3.500 kilómetros. La construcción de este ferrocarril incluyó 5 puentes de gran envergadura, entre ellos, uno sobre el río Magdalena, entre Puerto Salgar y La Dorada, de 800 metros de longitud.
Plaza de Bolívar
A mediados del siglo XX, la Plaza de Bolívar, que debería ser el centro administrativo y político de la capital y del país, había perdido su significado, para convertirse en un espacio rectangular, en cuyo centro se encontraba la estatua de El Libertador, con fuentes en los cuatro costados y un contorno rodeado de automóviles.
Ciudad Salitre: piedra angular.
Inauguración de la primera etapa de Ciudad Salitre, modelo de reordenamiento y planificación urbana que incluyó un plan vial y de vivienda para integrar el oriente y el occidente de Bogotá, 17 de mayo de 1990.
AGN.
Parque Grancolombiano
El parque se desarrolla en la bifurcación de la carretera que de Cúcuta va a la frontera con Venezuela. Su diseño fue modificado en 1971 por el arquitecto Luis Raúl Rodríguez, en la conmemoración del Sesquicentenario de la firma de la Constitución de 1821, y nuevamente fue intervenido en 2021.
Espacios públicos para Bogotá
Barco desarrolló un nuevo estatuto distrital que no sólo comprendiera la dimensión física de la ciudad sino también su dimensión social, humana y cultural. Su plan para zonas verdes y espacios públicos contempló la ejecución de diez y siete parques con un área total de más de mil hectáreas. Además de la construcción de los parques Simón Bolívar y De los novios y el Jardín Botánico, realizó varios parques públicos como La Florida, El Tunal, El Salitre I y II, Timiza, Kennedy, Montes y el Velódromo Distrital Sur. También amplió el estadio Nemesio Camacho ‘El Campín’ asegurando su iluminación para poder ser utilizado en eventos nocturnos y construyó el Coliseo Cubierto.
Ciudad Salitre
En los terrenos adquiridos durante su alcaldía, ya en la presidencia, Barco inició en 1987 el desarrollo de Ciudad Salitre, obra que abarca 250 hectáreas comprendidas entre la avenida El Dorado y la calle 22 y entre la carrera 50 y la avenida Boyacá, en uno de los proyectos urbanísticos más ambiciosos emprendidos en América Latina en su momento y que le permitió a Bogotá el desarrollo residencial ordenado de esta zona occidental, así como la construcción de una nueva terminal de transporte, centros comerciales y el Centro Interactivo de Ciencia y Tecnología Maloka.
Plano de localización:
“Proyecto el Salitre, concepción global, primera aproximación”. Integra aspectos urbanísticos, de infraestructura, arquitectónicos, sociales y financieros: mayo de 1987. Biblioteca Nacional.
Plano de Ciudad Salitre.
Durante su alcaldía, Virgilio Barco inicia el Proyecto Ciudad Salitre, el cual retoma en 1987 y desarrolla en 250 hectáreas, entre la avenida El Dorado y la calle 22 y entre la carrera 50 y la avenida Boyacá.